Este era un niño de 3 años que se enamoró de una princesa, una hermosa princesa quien solita se dio el nombre cuando se presentó ante este niño en los juegos. La princesa y el niño intercambiaban miradas y sonrisas, se tomaban de la mano para correr, se decían cosas que no entendían y seguían sonriendo, la princesa esperaba al niño si este se atrasaba, y el niño corría detrás de ella para alcanzarla.
La mamá del niño notó este flirteo, notó que su hijo perseguía a una niña y que se la estaban pasando de maravilla juntos.. notó que su hijo le gritaba: Wait for me princess!! y entonces, todo el mundo alrededor volteó la mirada para observar lo que pasaba, yo también, yo fui cómplice. Y es cuando la mamá del niño me dice: I think he likes her! lo que para mí era más que obvio, pero, por alguna razón tenía que ser puesto en duda... tal vez era como Surprise!!!! o tal vez como so sweet!!!!. para mi era tan sweet, yo reía, la mamá reía, y seguro la mamá de la princesa también reía.
Pero había algo distinto en la sonrisa de la mamá del niño, había algo que notaba, tanto como todos los demás, tanto como yo, tengo que admitirlo... y era la imagen tan dulce en la que se abrazaban los niños para bajar juntos por el tobogán, y la forma en que los colores de sus pieles contrastaban mientras se abrazaban. Y es el siglo 21, pero aún es, aunque de una forma callada, lo mismo; aunque haya quien se quite esos prejuicios de los colores, así como los niños; es algo que termina por llegar a todos por igual.
Yo imaginé que pensábamos exactamente lo mismo mientras los observábamos, que el niño blanco pronto aprendería que la raza sí importa y que se determinaría con el color de piel. Que en la escuela aprendería de historia, del hombre blanco, del indio y del negro; y que, poco a poco, muy a la fuerza, la imagen de esa dulce princesa morena, se transformaría en casi todo hasta quitarle el adjetivo de princesa.
Aún no se si la mamá del niño blanco lo sentía como yo, sabiendo que esto pasaría, sentir las ganas de que los esquemas sociales no transformaran la visión del niño, o, si ella por el contrario, sentía que sin duda era dulce pero que pronto aprendería, pronto pasaría.
Y ya, luego escribo de colores 1 y 2, que realmente no tienen nada q ver con este post.